“El espíritu -dice Hegel- convierte su en sí [esencia] en objeto para sí [para sí mismo como sujeto] y se
hace así el objeto mismo, se junta con su objeto en uno [porque el sujeto es su
propio objeto, ya que la esencia del sujeto es tomada como objeto]. De este
modo el espíritu es en sí mismo en su
otro [el otro del sujeto es el objeto, pero como el objeto es el mismo sujeto,
el otro es él mismo]. Lo que el espíritu produce, su objeto, es él mismo. [...]
En esta promoción [movimiento hacia adelante] se da una enajenación, una desunión; pero es la naturaleza del espíritu, de la Idea , enajenarse (alienarse), para volver a encontrarse de nuevo. [El
espíritu es actividad. La actividad produce acciones, hechos, que son productos
de la actividad y distintos de la actividad (otros). Pero a través de esos
productos la actividad se hace y se reconoce a sí misma. El espíritu es lo que
es a través de su otro]. Precisamente este
movimiento es lo que se llama libertad pues decimos: es libre quien no depende de un otro, el que no sufre ninguna
autoridad, lo que no se halla determinado por otro [Hegel entiende la libertad
como autodeterminación]. [...] Solamente
el pensar es la esfera donde toda alienación es eliminada y donde el
espíritu es absolutamente libre, es
en sí mismo [porque en el pensar el objeto (lo pensado) es un otro que
permanece dentro del mismo pensar y la otredad, lo ajeno, es recuperado
completamente en la misma actividad]. Alcanzar este fin es el interés de la Idea , del pensar, de la Filoso fía. [...] El
espíritu debe conocerse a sí mismo, exteriorizarse, tenerse a sí mismo por
objeto, para que sepa lo que es, y para que él se produzca completamente, se
convierta en objeto; que se descubra enteramente, que descienda a lo más
profundo de sí mismo y lo descubra”[1].
“La
Filosofía enseña -dice- que todas las propiedades del
espíritu existen sólo mediante la libertad, que todas son simples medios para
la libertad, que todas buscan y producen la libertad. Es este un conocimiento
de la Filosofía
especulativa, que la libertad es la única cosa que tiene verdad en el espíritu.
(...) Cuando el espíritu tiende a su centro, tiende a perfeccionar su libertad;
y esta tendencia le es esencial”[1]
Citas de Aragüés Juan Manuel, Deleuze (1925-1995), Madrid, Ediciones del orto, 1998.
[1] Hegel, G.W.F.: 1975a, pp. 60-3. Corchetes y cursivas nuestros. En este texto se
anticipa la dialéctica del trabajo alienado que Marx desarrollará en los Manuscritos de 1844 (Cf. capítulo 19).
******
“
[1] Hegel, G.W.F.: Lecciones
sobre la filosofía de la historia universal, Madrid, Revista de Occidente,
1974b, p. 62.
******
Citas de Aragüés Juan Manuel, Deleuze (1925-1995), Madrid, Ediciones del orto, 1998.
lo único que permanece es la voluntad de construir el
pensamiento p. 14
la pretensión deleuziana es la de encontrar los bordes
de la filosofía occidental, los márgenes en los que el pensamiento ha podido
huir de la imagen dominante del pensamiento, la que el califica como imagen
dogmática del pensamiento. 17
A través de ellos [Platón,
Aristóteles, Kant y Hegel] se ha perfilado una filosofía de la transcendencia y
un pensamiento de lo Mismo en el que toda diferencia es remitida a mía
reconciliación o condenada como anómala a la foucaultiana nave de los locos. 17
La imagen dogmática del
pensamiento se caracteriza por tres rasgos, que Deleuze enuncia en su Nietzsche
y la filosofía pero sobre los que volverá a lo largo de su obra. Estos tres
rasgos son: 1° Pensar es el ejercicio
natural de una facultad en el que debe expresarse el sentido común. A través
del pensamiento es posible, si se efectúa de manera correcta, alcanzar la
Verdad; 2° El error es efecto de elementos extraños al pensamiento,
tales como pasiones o intereses. Existe un pensar recto del que hemos sido
desviados; 3° Basta con un método para pensar bien, el pensamiento no es sino
una técnica que como tal debe ser correctamente aplicada (NF, 146).
17-18)
Los dos rasgos de la imagen
dogmática del pensamiento son el trascendetalismo platónico y la dialéctica
hegeliana.
«Andar con los pies en el aire -reprocha Deleuze a
Marx- no es algo que un dialéctico pueda reprochar a otro, es el carácter
fundamental de la propia dialéctica» (NF, 222). 20
La dialéctica no es un
instrumento productivo, sino reproductivo, representativo. 20
El esclavo no quiere acabar con la relación
amo-esclavo, sino que quiere ocupar otro lugar en esa relación. 21
«Las relaciones son interiores al Todo» 22
Por ello, tanto el señor
como el esclavo hegelianos son débiles, por cuanto no son capaces de
desarrollar toda su potencia, sino que se hallan presos en la red de unos
papeles previamente establecidos. 22
Sólo la afirmación es capaz
de encontrar la grieta que conduzca a un Exterior no totalizado, sólo la
afirmación puede producir la desvinculación de una obra ya demasiado
representada en sus diferentes versiones. 22
La producción de valores es
una tarea afirmativa en la que, desde la inmanencia de uno mismo frente a la
transcendencia del Todo, el sujeto se expresa en su potencia, sin un papel
previamente definido, más que el de dar rienda suelta a su propio ser. 22-23 ¿?
donde aparece la Diferencia,
cuya aparición resulta imposible en el seno de la dialéctica 23
La nueva imagen del pensamiento se caracteriza, fundamentalmente,
por su carácter productivo, afirmativo. 26
el filosofar es la tarea misma de producción de la
verdad. 26
el pensar se produce desde unas determinadas condiciones
de posibilidad, pues, tal como recuerda
Mengue, «el pensamiento no piensa más que forzado»
(Mengue, 122). 27
*********************************
¡Luchemos contra el imperialismo cultural!
*************************
La democracia [o la política] no es ni esa forma de gobierno que permite a la oligarquía reinar en nombre del pueblo, ni esa forma de sociedad regida por el poder de la mercancía. Es la acción que sin cesar arranca a los gobiernos oligárquicos el monopolio de la vida pública, a la riqueza, la omnipotencia sobre las vidas. Es la potencia que debe batirse, hoy más que nunca, contra la confusión de estos poderes en una sola y misma ley de dominación. […] La democracia está tan desnuda en su relación con el poder de la riqueza como con el poder de la filiación, que hoy viene a secundarlo o a desafiarlo. No se funda en ninguna naturaleza de las cosas ni está garantizado por ninguna forma institucional. No la acarrea ninguna necesidad histórica y ella misma no es vehículo de ninguna. Solo se confía en la constancia de sus propios actos. Hay motivos para que la cosa dé miedo, y por lo tanto odio, en quienes están habituados a ejercer el magisterio del pensamiento. Pero en los que saben compartir con cualquiera el poder igual de la inteligencia puede suscitar, a la inversa, coraje y, por lo tanto, alegría.
Rancière, J., El odio a la democracia, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 2006, pp. 136-38.
*************************
“El arte emana del sentimiento de que la vida del más acá [terrena] es la verdadera vida , de que lo finito es lo infinito; emana del entusiasmo por un ser determinado, real, en tanto que el ser supremo, en tanto que el ser divino”.Feuerbach, L. Tesis provisionales para la reforma de la filosofia, p. 70.
***********************
“Todo Estado es oligárquico. […] Vivimos en Estados de derecho oligárquicos, es decir, en Estados donde el poder de la oligarquía está delimitado por el doble reconocimiento de la soberanía popular y de las libertades individuales”
RANCIERE, J., El odio a la democracia, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 2006
**********************
Citas de la Ciencia de la Lógica de G. W. F. Hegel:
La ciencia pura presupone en consecuencia
la liberación con respecto a la oposición de la conciencia [y su
objeto]. Ella contiene el pensamiento, en cuanto éste es también la cosa
en sí misma, o bien contiene la cosa en sí, en cuanto ésta es también
el pensamiento puro . Como ciencia, la verdad es la pura autoconciencia
que se desarrolla, y tiene la forma de sí misma, es decir que lo que es
en sí y para sí es concepto sabido, pero el concepto como tal es lo que
es en sí y para sí.
“’Pensar’ es una expresión que aplica con
preferencia a la conciencia la determinación contenida en ella . Pero,
cuando se dice que hay en el mundo objetivo entendimiento y razón , que
el espíritu y la natu¬raleza tienen leyes universales, según las cuales
se realizan su vida y modificaciones, se acepta que las determinaciones
del pensamiento tienen asimismo valor y existencia objetivos”.
“La realidad de algo sólo está en su
concepto ; en cuanto es distinto de su concepto, cesa de ser real y se
convierte en algo nulo . Su aspecto de palpabilidad y su sensible ser
fuera de sí pertenecen a este lado negativo”.
*****
*********************
Citas de La dialéctica de la naturaleza de F. Engels
“…aquella vacua
teleología wolffiana según la cual los gatos habían sido creados para
comerse a los ratones, los ratones para ser comidos por los gatos y la
naturaleza toda para poner de manifiesto la sabiduría del creador”.
(Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, pp. 7-8)
Tal
parece como si en la ciencia se quisiera aplicar también ese postulado
del Estado moderno según el cual se supone a todo ciudadano con
capacidad para juzgar acerca de cuantos problemas se someten a su voto o
el postulado de la economía en el que se parte de que todo consumidor
conoce al dedillo cuantas mercancías necesita adquirir para su sustento.
Todo el mundo puede, al parecer, escribir acerca de todo, y en eso
consiste cabalmente la “libertad de la ciencia”: en escribir con
especial desahogo de cosas que se ignoran en absoluto, considerando esto
como el único método científico verdaderamente riguroso. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, pp. 21-22).
…el pensamiento teórico
sólo es un don natural en lo que a la capacidad se refiere. Esta
capacidad tiene que ser cultivada y desarrollada; y, hasta hoy, no
existe otro medio para su cultivo y desarrollo que el estudio de la
historia de la filosofía. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 23).
Por lo que a la
dialéctica se refiere, hasta hoy sólo ha sido investigada detenidamente
por dos pensadores: Aristóteles y Hegel. Y la dialéctica es,
precisamente, la forma más cumplida y cabal de pensamiento para las
modernas ciencias naturales, ya que es la única que nos brinda la
analogía y, por tanto, el método para explicar los procesos de
desarrollo de la naturaleza, para comprender, en sus rasgos generales,
sus nexos y el tránsito de uno a otro campo de investigación. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, pp. 23-24).
>Pero una nación que
quiera mantenerse a la altura de la ciencia no puede desenvolverse sin
contar con un pensamiento teórico. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, pp. 25).
Hoy, todos estamos de
acuerdo en que la ciencia, cualquiera que ella sea, natural o histórica,
tiene necesariamente que partir de los hechos dados y, por tanto,
tratándose de ciencias naturales, de las diversas formas objetivas de
movimiento de la materia;* estamos de acuerdo, por consiguiente, en que
en las ciencias naturales teóricas no vale construir concatenaciones
para imponérselas a los hechos, sino que hay que descubrirlas en éstos
y, una vez descubiertas, y siempre y cuando que ello sea posible,
demostrarlas sobre la experiencia. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 27).
…ley del trueque de la
cantidad en cualidad, y viceversa; (en la primera parte de la Lógica, en
la teoría del Ser) ley de la penetración de los contrarios; (ocupa toda
la segunda parte, con mucho la más importante de todas, de su Lógica,
la teoría de la Esencia) ley de la negación de la negación. (figura como
la ley fundamental que preside la estructura de todo el sistema) (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 41).
I. Ley del trueque de la
cantidad en cualidad, y viceversa. Podemos expresar esta ley, para
nuestro propósito, diciendo que, en la naturaleza, y de un modo
claramente establecido para cada caso singular, los cambios cualitativos
sólo pueden producirse mediante la adición o sustracción cuantitativas
de materia o de movimiento (de lo que se llama energía). (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 42).
“Así, por ejemplo, vemos
que el grado de temperatura del agua es, al principio, indiferente por
lo que se refiere a su fluidez líquida; pero, al aumentar o disminuir la
temperatura del agua fluida, se llega a un punto en el que este estado
de cohesión cambia y el agua se convierte, de una parte, en vapor y de
otra parte en hielo” (Hegel, Enzyklopädie, Obras completas, tomo VI,
pág. 217, citado por Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 44)
En una palabra, las
llamadas constantes de la física no son, en la mayoría de los casos,
otra cosa que indicaciones de puntos nodulares en que el «cambio», la
adición o sustracción cuantitativa de movimiento, provoca un cambio
cualitativo en el estado del cuerpo de que se trata; en que, por tanto,
la cantidad se trueca en cualidad. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 44)
Podríamos decir que la
química es la ciencia de los cambios cualitativos de los cuerpos como
consecuencia de los cambios operados en su composición cuantitativa. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 44)
El movimiento, en el
sentido más general de la palabra, concebido como una modalidad o un
atributo de la materia, abarca todos y cada uno de los cambios y
procesos que se operan en el universo, desde el simple desplazamiento de
lugar hasta el pensamiento. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 47)
La forma fundamental de
todo movimiento es, según esto, la aproximación o el alejamiento, la
contracción o la expansión; en una palabra, la vieja contraposición
polar de atracción y repulsión. Hay que advertir expresamente que la
atracción y la repulsión no se conciben, aquí, como lo que se llama
“fuerzas”, sino como simples formas de movimiento. No en vano Kant
concebía ya la materia como la unidad de atracción y repulsión. Qué
ocurre con las “fuerzas”, lo veremos más adelante. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 49).
La idea de fuerza está
tomada, como todo el mundo reconoce (desde Hegel hasta Helmholtz), de
las actividades del organismo humano dentro de su medio. En este
sentido, hablamos de la fuerza muscular, de la fuerza de levantamiento
del brazo, de la fuerza de la pierna para saltar, de la fuerza digestiva
del estómago y del intestino, de la fuerza sensitiva de los nervios, de
la fuerza secretiva de las glándulas, etc. En otras palabras, para
ahorrarnos el trabajo de indicar la causa real de un cambio provocado
por una función de nuestro organismo, le atribuimos otra ficticia, una
llamada fuerza en consonancia con el cambio que se opera. Este cómodo
método lo trasladamos luego al mundo exterior e inventamos, así, tantas
fuerzas como fenómenos existen.
En esta fase tan
simplista se encontraban las ciencias naturales (exceptuando tal vez la
mecánica celeste y terrestre) todavía en tiempo de Hegel, quien tronaba
con toda razón contra la manera que entonces se seguía para indicar las
fuerzas (citar el pasaje).8 Y lo mismo, en otro lugar: “Vale más (decir)
que el imán tiene un alma” (a la manera como se expresa Tales) “que
decir que posee la fuerza de la atracción; la fuerza es una especie de
propiedad separable de la materia, que se representa como un predicado;
en cambio, el alma es este movimiento suyo, idéntico a la naturaleza de
la materia” (Geschichte der Philosophie, I, pág. 208). (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 57).
Todos los procesos de la
naturaleza tienen dos caras, puesto que descansan sobre la relación
entre dos partes actuantes, por lo menos, la acción y la reacción. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 59)
Lo
que demuestra, en efecto; que las leyes del pensamiento y las leyes
naturales coinciden necesariamente entre sí cuando se las conoce de un
modo certero. (Engels, F., Dialéctica de la naturaleza, www.infotematica.com.ar, p. 191).
**********
¡Un filósofo no se equivoca nunca! […] Para sí misma, la filosofía no se equivoca nunca. No existe el error en filosofía.
Pero las cuestiones filosóficas no son los problemas científicos. […]
La filosofía interviene de otro modo: enunciando tesis que contribuyan a
desbrozar el camino para un correcto planteamiento de esos problemas.
La filosofía no es una ciencia, ni mucho menos la ciencia, ni la ciencia de la crisis de las ciencias, ni la ciencia del Todo.
Tesis 13: La filosofía se encarga de enunciar Tesis que reúnen y producen categorías filosóficas, y no conceptos científicos .
La filosofía no es una ciencia, ni mucho menos la ciencia, ni la ciencia de la crisis de las ciencias, ni la ciencia del Todo.
Tesis 13: La filosofía se encarga de enunciar Tesis que reúnen y producen categorías filosóficas, y no conceptos científicos .
Precisamente para salirnos del árido terreno de las Tesis, lo mejor
es demostrar su funcionamiento con un ejemplo. No será un ejemplo
ilustrativo: la filosofía no ilustra, no se aplica, La filosofía se
ejerce”.
La interdisciplinariedad … aparece, pues, como lo contrario de la división del trabajo.
No es suficiente enunciar Tesis sobre la filosofía ni mostrar cómo ésta ‘funciona’ para dar por solucionado el problema.
No se puede escapar radicalmente al círculo de la filosofía.
He afirmado que las proposiciones filosóficas, a diferencia de las
proposiciones científicas que se denominan verdaderas cuando han sido
probadas o demostradas, se consideran correctas (o no). También he
señalado que lo verdadero se refiere al conocimiento, mientras que lo
‘correcto’ se refiere a la práctica.
Pero cuando Lenin distingue entre guerras justas, correctas, y
guerras injustas, no correctas, se refiere a si son o no correctas
(justes): habla de una línea correcta, de la correcta comprensión del
carácter de las guerras en función de su significación de clase. No cabe
duda de que una guerra políticamente correcta la hacen combatientes que
sienten también la pasión por la justicia, pero no es simplemente la
justicia (noción ideológica en y bajo la cual esos combatientes ‘viven’
su relación con sus condiciones de existencia y con sus luchas) lo que
hace para Lenin que una guerra sea o no correcta. Una guerra es correcta
cuando va pareja con una posición y una línea correctas, en la
coyuntura de una relación de fuerzas dada: como intervención práctica en
el sentido de la lucha de clases, correcta en tanto que acorde con
éste.
¿Qué distingue lo ‘correcto’ de lo ‘verdadero’?
Una Autoridad… el Juez… la corrección de la que hablamos no está preestablecida, no preexiste al ir acorde con (ajustement), sino que es su resultado.
¿Qué significa teórica? El dominio de la teoría abarca el conjunto de las ciencias y de la filosofía. La filosofía, por lo tanto, forma parte de la misma coyuntura en la que interviene: está en esa coyuntura, está en el ‘Todo’.
¿Qué distingue lo ‘correcto’ de lo ‘verdadero’?
Una Autoridad… el Juez… la corrección de la que hablamos no está preestablecida, no preexiste al ir acorde con (ajustement), sino que es su resultado.
¿Qué significa teórica? El dominio de la teoría abarca el conjunto de las ciencias y de la filosofía. La filosofía, por lo tanto, forma parte de la misma coyuntura en la que interviene: está en esa coyuntura, está en el ‘Todo’.
¿No consistirá el secreto de la filosofía en repetir, con otras
palabras, con las mismas palabras, lo que está ya inscrito en la
realidad, y por lo tanto en modificar ‘palabras’ sin producir nada
nuevo? Cierto, la filosofía actúa modificando palabras, y sus
conexiones. Pero se trata de palabras teóricas, y es precisamente esta
diferencia de palabras lo que hace aparecer, lo que permite ver algo
nuevo en la realidad, algo que antes estaba recubierto, escondido.
Tesis 23: La distinción entre lo científico y lo ideológico es
interior a la filosofía. Es el resultado de la intervención filosófica.
La filosofía es una misma cosa con su resultado, que constituye el
efecto-filosofía. El efecto-filosofía es distinto del efecto de
conocimiento (producido por las ciencias).
La relación de la filosofía con las ciencias constituye la determinación específica de la filosofía.
La determinación específica, la que le es propia, porque sólo a ella le pertenece.
Si prescindiera de su relación con las ciencias la filosofía no podría existir.
La determinación específica, la que le es propia, porque sólo a ella le pertenece.
Si prescindiera de su relación con las ciencias la filosofía no podría existir.
Es preciso saber que existe en filosofía toda una tradición que se
alimenta sólo de la explotación ideológica de los sufrimientos humanos,
de los enfermos y de los muertos, de la paz, de los cataclismos y de las
guerras, y que se lanza sobre todas las crisis, también cuando éstas
afectan a las ciencias.
Los científicos deben, por encima de cualquier otra coas, contar con sus propias fuerzas…
Los científicos deben, por encima de cualquier otra coas, contar con sus propias fuerzas…
Nuestro problema fundamental: ¿qué pasa con la filosofía?
La inmensa mayoría de las filosofías conocidas en la historia de la
filosofía, siempre han explotado las ciencias (y no solamente sus
fracasos) en provecho de los ‘valores’ (término provisional) de las
ideologías prácticas: religiosa, moral, política, jurídica, estética,
etc. Esta es una de las características esenciales del idealismo.
La historia de la filosofía ‘procede’ de muy distinta manera:
mediante la lucha por el dominio de las nuevas modalidades filosóficas
sobre las anteriores, que a su vez eran antes dominantes. La historia de
la filosofía es una lucha entre tendencias, materializadas en las
diversas formaciones filosóficas, y es siempre una lucha por dominar.
Pero la paradoja está en que esa lucha solamente conduce a la
sustitución de una dominación por otra y no a la eliminación pura y
simple de una formación pasada (como si fuera un error, ya que en
filosofía no existe el error en el sentido en que esta palabra se emplea
en las ciencias), des decir, la del adversario. El adversario nunca es
totalmente vencido, nuca es, por consiguiente, totalmente eliminado,
totalmente borrado de la existencia histórica. Es simplemente, dominado,
y subsiste bajo el dominio de la nueva formación filosófica que, tras
larga batalla, la ha destituido de su puesto: subsiste como formación
filosófica dominada dispuesta naturalmente a resurgir por poco que la
coyuntura se lo permita y se lo indique.
Esta teoría del conocimiento que desemboca inevitablemente en una
filosofía de la ciencia, en la que la filosofía ‘dicta’ la ‘verdad’ en
la ciencia, ‘la verdad’ de la ciencia.
Puede afirmarse que toda la filosofía burguesa … no es más que la
repetición y el comentario filosófico de la ideología jurídica burguesa.
********************+
¿De qué manera justifica usted esa distinción entre ciencia y filosofía en la teoría marxista?
Le respondo enunciando algunas tesis esquemáticas y provisorias.
l. La fusión de la teoría marxista y el movimiento obrero es el mayor acontecimiento de toda la historia de la lucha de clases y prácticamente, por lo tanto, de toda la historia humana (primeros efectos: las revoluciones socialistas).
2. La teoría marxista (ciencia y filosofía) representa una revolución sin precedentes en la historia del conocimiento humano.
3. Marx fundó una ciencia nueva: la ciencia de la historia. Voy a usar una imagen. Las ciencias que conocemos operan sobre algunos grandes “continentes”. Antes de Marx habían sido abiertos al conocimiento científico dos de esos continentes: el continente de la Matemática y el de la Física. El primero fue abierto por los griegos (Tales) y el segundo por Galileo. Marx abrió al conocimiento científico un tercer continente: el de la Historia.
4. La apertura de este nuevo continente ha provocada una revolución en la filosofía. Es una ley: la filosofía siempre está ligada a las ciencias. La filosofía nació (Platón) con la apertura del continente de la Matemática. Fue transformada (Descartes) por la apertura del continente de la Física. Actualmente es revolucionada por la apertura del continente de la Historia hecha por Marx. Esta revolución se llama materialismo dialéctico.
Las transformaciones de la filosofía siempre son un eco de los grandes descubrimientos científicos. Ellas se producen, esencialmente, después de éstos. Ésta es la razón por la cual en la teoría marxista la filosofía está en retraso con relación a la ciencia. Hay otras razones que todo el mundo conoce. Pero en la actualidad ésta es la razón dominante.
5. En su conjunto sólo los militantes obreros reconocieron la perspectiva revolucionaria del descubrimiento científico de Marx. A causa de ello su práctica política fue transformada. Éste fue el mayor escándalo teórico de la historia contemporánea.
Por el contrario, los intelectuales en su conjunto, a pesar de ser éste su “oficio” (especialistas en ciencias humanas, filósofos) no reconocieron verdaderamente o se negaron a reconocer la perspectiva inaudita del descubrimiento científico de Marx, al que condenaron y despreciaron, al que desfiguran cuando se refieren a él.
Salvo excepciones están aún hoy ocupados en “bricoler” en economía política, en sociología, en etnología, en “antropología”, en “psico-sociología”, etc., etc … cien años
después de El capital; de la misma manera que los “físicos” aristotélicos se ocupaban de “bricoler” en física cincuenta años después de Galileo. Sus “teorías” son antigüedades ideológicas rejuvenecidas con una gran cantidad de sutilezas intelectuales y técnicas matemáticas ultra modernas. Pero este escándalo teórico no es totalmente un escándala. Es un efecto de la lucha de clases ideológica: pues la ideología burguesa, la “cultura” burguesa, es la que está en el poder y ejerce la “hegemonía”. En su conjunto los intelectuales, incluso numerosos intelectuales comunistas y marxistas, están, salvo algunas excepciones, dominados en sus teorías por la ideología burguesa. Salvo excepciones lo mismo ocurre en las “ciencias humanas”.
6. La misma situación escandalosa encontramos en filosofía. ¿Quién ha comprendido la prodigiosa revolución filosófica provocada por el descubrimiento de Marx? Sólo los militantes o dirigentes proletarios. Los filósofos de oficio, en su conjunto, no la han ni siquiera sospechado. Cuando hablan de Marx siempre es, salvo rarísimas excepciones, para combatirlo, condenarlo, “digerirlo”, explotarlo o revisarlo.
Aquellos que defendieron el materialismo dialéctico, como Engels y Lenin, son tratados como si fuesen nulidades filosóficas. El verdadero escándalo es que algunos filósofos marxistas ceden, en nombre del “anti-dogmatismo”, al mismo contagio. Pero también aquí, y por la misma razón, se trata de un efecto de la lucha de clases ideológica. Pues la ideología burguesa, la “cultura” burguesa, es la que está en el poder.
7. Las principales tareas del movimiento comunista en la teoría son: -reconocer y conocer la perspectiva teórica revolucionaria de la ciencia y la filosofía marxista-leninista; -luchar contra la concepción del mundo burgués y pequeñoburgués, que siempre amenaza la teoría marxista y que actualmente la penetra profundamente. La forma general de esta concepción del mundo burgués es la siguiente: el Economismo (en la actualidad el “tecnocratismo”) y su “complemento espiritual” el Idealismo Moral (actualmente el “Humanismo”). El Economismo y el Idealismo Moral representan la pareja fundamental de la concepción del mundo burgués desde los orígenes de la burguesía. La forma filosófica actual de esta concepción del mundo es el neo-positivismo y su “complemento espiritual” el subjetivismo fenomenológico-existencialista. La variante propia de las ciencias humanas es la ideología denominada “estructuralista”; -conquistar para la ciencia la mayoría de las ciencias humanas y ante todo las ciencias sociales que, salvo excepciones, ocupan por impostura el continente de la Historia, del cual Marx nos dio las claves; -desarrollar con el rigor y la audacia que se requieran la nueva ciencia y la nueva filosofía, ligándolas a las exigencias e invenciones de la práctica de la lucha de clases revolucionaria.
En la teoría el eslabón decisivo actual es la filosofía marxista-leninista.
(Althusser, L., La filosofía como arma de la revolución, México, Siglo XXI, 2005, pp. 14-15)
Le respondo enunciando algunas tesis esquemáticas y provisorias.
l. La fusión de la teoría marxista y el movimiento obrero es el mayor acontecimiento de toda la historia de la lucha de clases y prácticamente, por lo tanto, de toda la historia humana (primeros efectos: las revoluciones socialistas).
2. La teoría marxista (ciencia y filosofía) representa una revolución sin precedentes en la historia del conocimiento humano.
3. Marx fundó una ciencia nueva: la ciencia de la historia. Voy a usar una imagen. Las ciencias que conocemos operan sobre algunos grandes “continentes”. Antes de Marx habían sido abiertos al conocimiento científico dos de esos continentes: el continente de la Matemática y el de la Física. El primero fue abierto por los griegos (Tales) y el segundo por Galileo. Marx abrió al conocimiento científico un tercer continente: el de la Historia.
4. La apertura de este nuevo continente ha provocada una revolución en la filosofía. Es una ley: la filosofía siempre está ligada a las ciencias. La filosofía nació (Platón) con la apertura del continente de la Matemática. Fue transformada (Descartes) por la apertura del continente de la Física. Actualmente es revolucionada por la apertura del continente de la Historia hecha por Marx. Esta revolución se llama materialismo dialéctico.
Las transformaciones de la filosofía siempre son un eco de los grandes descubrimientos científicos. Ellas se producen, esencialmente, después de éstos. Ésta es la razón por la cual en la teoría marxista la filosofía está en retraso con relación a la ciencia. Hay otras razones que todo el mundo conoce. Pero en la actualidad ésta es la razón dominante.
5. En su conjunto sólo los militantes obreros reconocieron la perspectiva revolucionaria del descubrimiento científico de Marx. A causa de ello su práctica política fue transformada. Éste fue el mayor escándalo teórico de la historia contemporánea.
Por el contrario, los intelectuales en su conjunto, a pesar de ser éste su “oficio” (especialistas en ciencias humanas, filósofos) no reconocieron verdaderamente o se negaron a reconocer la perspectiva inaudita del descubrimiento científico de Marx, al que condenaron y despreciaron, al que desfiguran cuando se refieren a él.
Salvo excepciones están aún hoy ocupados en “bricoler” en economía política, en sociología, en etnología, en “antropología”, en “psico-sociología”, etc., etc … cien años
después de El capital; de la misma manera que los “físicos” aristotélicos se ocupaban de “bricoler” en física cincuenta años después de Galileo. Sus “teorías” son antigüedades ideológicas rejuvenecidas con una gran cantidad de sutilezas intelectuales y técnicas matemáticas ultra modernas. Pero este escándalo teórico no es totalmente un escándala. Es un efecto de la lucha de clases ideológica: pues la ideología burguesa, la “cultura” burguesa, es la que está en el poder y ejerce la “hegemonía”. En su conjunto los intelectuales, incluso numerosos intelectuales comunistas y marxistas, están, salvo algunas excepciones, dominados en sus teorías por la ideología burguesa. Salvo excepciones lo mismo ocurre en las “ciencias humanas”.
6. La misma situación escandalosa encontramos en filosofía. ¿Quién ha comprendido la prodigiosa revolución filosófica provocada por el descubrimiento de Marx? Sólo los militantes o dirigentes proletarios. Los filósofos de oficio, en su conjunto, no la han ni siquiera sospechado. Cuando hablan de Marx siempre es, salvo rarísimas excepciones, para combatirlo, condenarlo, “digerirlo”, explotarlo o revisarlo.
Aquellos que defendieron el materialismo dialéctico, como Engels y Lenin, son tratados como si fuesen nulidades filosóficas. El verdadero escándalo es que algunos filósofos marxistas ceden, en nombre del “anti-dogmatismo”, al mismo contagio. Pero también aquí, y por la misma razón, se trata de un efecto de la lucha de clases ideológica. Pues la ideología burguesa, la “cultura” burguesa, es la que está en el poder.
7. Las principales tareas del movimiento comunista en la teoría son: -reconocer y conocer la perspectiva teórica revolucionaria de la ciencia y la filosofía marxista-leninista; -luchar contra la concepción del mundo burgués y pequeñoburgués, que siempre amenaza la teoría marxista y que actualmente la penetra profundamente. La forma general de esta concepción del mundo burgués es la siguiente: el Economismo (en la actualidad el “tecnocratismo”) y su “complemento espiritual” el Idealismo Moral (actualmente el “Humanismo”). El Economismo y el Idealismo Moral representan la pareja fundamental de la concepción del mundo burgués desde los orígenes de la burguesía. La forma filosófica actual de esta concepción del mundo es el neo-positivismo y su “complemento espiritual” el subjetivismo fenomenológico-existencialista. La variante propia de las ciencias humanas es la ideología denominada “estructuralista”; -conquistar para la ciencia la mayoría de las ciencias humanas y ante todo las ciencias sociales que, salvo excepciones, ocupan por impostura el continente de la Historia, del cual Marx nos dio las claves; -desarrollar con el rigor y la audacia que se requieran la nueva ciencia y la nueva filosofía, ligándolas a las exigencias e invenciones de la práctica de la lucha de clases revolucionaria.
En la teoría el eslabón decisivo actual es la filosofía marxista-leninista.
(Althusser, L., La filosofía como arma de la revolución, México, Siglo XXI, 2005, pp. 14-15)
*****************************************************************************
“...los intereses foráneos tenían su aliado natural en la burguesía comercial de Buenos Aires, dispuesta a enriquecerse como intermediaria de un comercio sin restricciones en Europa y con el usufructo de las rentas de la Aduana de Buenos Aires”
Cooke, J. W.: Apuntes
para la militancia, Buenos Aires, Schapire Editor, 1972, p. 42.
CITAS DE PADURA A., Adiós a Hemingway
“Logró, sin embargo, apartar la
vista de los senos y fijarse en cómo, a través del tejido negro y leve del
blúmer, se entreveía una oscuridad más alarmante”
“aquel viaje a los cielos del deseo”
“mientras se inventaba para sí mismo aventuras épicas, escribía historias de perdedores, afiladas y endurecidas, y ganaba con ellas miles de dólares, buenos para tener yate, finca en La Habana, cacerías en África y vacaciones en París y Venecia. Él quería enfrentarse al dios tronante, y no al anciano enflaquecido, desmemoriado por los electroshocks, a quien se le negaba todo lo que había sido en su vida y hasta lo que más había amado: incluso el alcohol y la literatura”
“capaz de vencer a golpes de imaginación la dura realidad racionada de una isla rodeada”
“falta de pintura, cemento y otros ingredientes se le echaba encima a las casas, pero también a su corazón. ¿Hacia dónde vamos, adonde coño hemos llegado…? Aquella realidad devastadora que ahora veía”
“Le indignaba que lo hubieran acusado de vivir
en Cuba porque resultaba más barato y porque él era como todos los americanos,
superficiales y prepotentes, que iban por el mundo comprando con sus dólares lo
que estuviera en venta”
“sí de algo estaba seguro era de que no quería vivir ni bajo una dictadura católico-fascista ni en su propio país, dominado por un conservadurismo cuasi fascista”
“Entonces comprendía que su amor por aquellos objetos, gracias a los cuales ahora vivía y de los que a lo largo de los años había obtenido una felicidad diferente a todas las otras modalidades posibles de la felicidad, era una de las cosas más importantes de su vida, en la cual cada vez quedaban menos cosas importantes, y las empezó a contar: la amistad, el café, el cigarro, el ron, hacer el amor “de vez en cuando —ay, Támara, ay, Ava Gardner— y la literatura. Y los libros, claro, sumó al final.”
“Algo parecía funcionar en la isla, pero sólo algo"
“Los masai solían decir que un hombre solo no vale nada. Pero lo que mejor habían aprendido los masai en siglos de convivencia con las peligrosas sabanas de su tierra es que un hombre, sin su lanza, vale menos que nada.”
“hasta que una ola lo envolvió y lo alejó hacia esa zona oscura donde sólo es posible ver algo con los ojos de la memoria y el deseo.”
******
INTRODUCCION A LAS OBRAS DE
KLEIST
“todos sus personajes serán
juguetes de la casualidad, marionetas del destino cuyas vidas son sacudidas de
modo violento por un acontecer imprevisible”.
“su incapacidad para la charla intrascendente y convencional le conducen al aislamiento”.
“su incapacidad para la charla intrascendente y convencional le conducen al aislamiento”.
“A partir de aquí Kleist comienza a verse y plasmarse como un juguete del destino: «Ay, Wilhelmine, nos creemos libres y el azar omnipotente nos lleva de mil hilos sutilísimos». Los antecedentes últimos de esta idea del destino se encuentran en la tragedia griega, pero también será la fuerza dominante en sus tragedias, comedias y relatos”.
“Aunque Kleist quiera abandonar su clase, sus relaciones se mueven dentro de ella”.
“«La verdad es que encuentro bello lo que me imagino, no lo que realizo. Si fuese útil para alguna otra tarea, la abrazaría con gusto y de todo corazón: escribo únicamente porque no puedo dejarlo”.
**********
"¿Qué quieren de nosotros estas amazonas?" (Kleist, Pentesilea, p. 13)
*******
Yo pensaba que no existe en la naturaleza más que la fuerza y lo que la resiste, no hay tercera vía. (Kleist, Pentesilea, p. 16)
********
¡Ah, como se agita alegremente el caos! (Kleist, Pentesilea, p. 27)
************
“No se nace con una ciencia de las relaciones. …[Los hombres] cuando nacen están a merced de los encuentros. …Es lo que se llama estado de naturaleza. …estado de naturaleza quiere decir precisamente ser arrojado al mundo. Es decir, vivimos a merced de los encuentros”.[1]
De las promesas, de la
imposibilidad de cumplirlas y del perdón
De El
mercader de Venecia de W. Shakespeare, en Shakespeare, W., Obras
inmortales, EDAF, Madrid, 1968, pp. 187-261.
Criar un animal al que
le sea lícito hacer promesas –– ¿no es precisamente esta misma
paradójica tarea la que la naturaleza se ha propuesto con respecto al hombre?
¿No es éste el auténtico problema del hombre?...
Nietzsche, F., Genealogía de la moral, Tratado segundo,
1.
No entiendo la causa de mi tristeza. A vosotros
y a mí igualmente nos fatiga, pero no sé cuándo ni dónde ni de qué manera la
adquirí, ni de qué origen mana. Tanto se ha apoderado de mis sentidos la
tristeza, que ni aun acierto a conocerme a mí mismo. […] Graciano, el mundo me
parece lo que es: un teatro, en que cada uno hace un papel. El mío es… bien
triste.
Salanio indaga las causas de la
tristeza: si no está preocupado por la posibilidad de perder su fortuna tiene
que ser a causa del amor y si no es así, es por azar (“estás triste porque no estás alegre”).
En Belmonte hay una rica heredera. Es
hermosísima, y además un portento de virtud” [verdadero,
bello, bueno]. Y Lorenzo dice de Jéssica: “La amaré eternamente por
hermosa, discreta y fiel”. La belleza-hermosura es
común. La virtud se ha trocado en fidelidad y la riqueza en discreción.
Sylock: [respecto a
Antonio] Le aborrezco porque es cristiano y además por el necio alarde
que hace de prestar dinero sin interés, con lo cual está arruinando la usura en
Venecia. Si alguna vez cae en mis manos, yo saciaré en él todos mis odios. Sé
que es grande enemigo de nuestra santa nación, y en las reuniones de los
mercaderes me llena de insultos, llamando vil usura a mis honrados tratos. ¡Por
la vida de mi tribu, que no le he de perdonar!
El primero en romper su palabra es
Antonio que ni presta ni pide prestado [a usura] “por servir a un amigo”.
Antonio insultó a Sylock por prestar
a usura. Y dice que lo volverá a hacer. Que le preste el dinero no porque sea
su amigo sino como un enemigo al que se le presta para poder vengarse a gusto si falta al contrato. …Si un judío ofende a un cristiano,
¿no se venga éste, a pesar de su cristiana caridad? […] Le atormentaré. Me he
de vengar con creces. […] Si no paga la fianza, le sacaré las entrañas…
El hado tiene la culpa, y él es quien debe
pagarla e ir al infierno, yo no.
Porcia: Todo os lo doy con este anillo. Si
algún día lo destruís o perdéis será
indicio de que habéis perdido mi amor y podré reprenderos por tan grave
falta.
Salanio: Es el perro más abominable de los que
deshonran al género humano.
Lanzarote: Si, porque habéis de saber que Dios
castiga en los hijos las culpas de los padres: por eso os tengo lástima.
Efectos de antipatía que todo lo
gobierna.
Sylock: yo cargo con la responsabilidad de mis
actos. Pido que se ejecute la ley y que se cumpla el contrato.
Porcia: Por lo mismo la quiero, y nada más
aceptaré. Tengo capricho en poseerla.
[Este es el centro de la tragedia. ¿Por qué este capricho? ¿Por qué quiere
poner a prueba la promesa de amor, forzando su quebrantamiento? ¿Por qué habría
que mantener las promesas más allá del sentido común? El sentido común le
señala a Sylock que es mejor que le devuelvan lo prestado (el doble o el
triple) que una libra de carne del enemigo. El sentido común le dice a Porcia
que un anillo sin valor es una paga razonable para un abogado que se ha
encaprichado con él después de salvar la vida de un amigo entrañable. ¿No
muestran estas pruebas al que prometió una desconfianza por parte del
beneficiario de la promesa? ¿No es esta desconfianza la contrapartida de la
promesa? ¿No crea la promesa misma esta desconfianza al saberse
incumplible/irrealizable/imposible? La última frase de la obra es una promesa: “Lo juro por mi honor; mientras
viva, no perderé el anillo de Nerissa”.
Porcia: Luego nos harán mil juramentos de que a
hombres y no a mujeres entregaron sus anillos, pero nosotras los desmentiremos,
y si juran juraremos más que ellos. No te detengas, te espero donde sabes.
Jéssica: En aquella noche juró Lorenzo que la
amaba con amor constante, y la engañó con mil falsos juramentos. [Los que juran y prometen son los varones. Las que toman las
decisiones que abren a lo nuevo son las mujeres, como contrapartida de los
juramentos que son la única seguridad para su línea de fuga]
Porcia: ¿Qué cuestión es ésta?
Graciano: Todo
es por un anillo, un mal anillo de oro que ella me dio, con sus letras
grabadas que decían: “Nunca olvides mi amor”. [Graciano
dice que no ha roto la promesa de amor, que sólo ha cedido el símbolo que lo
representaba. Nerissa le reprocha que no se trata del anillo ni de la
inscripción sino de la promesa incumplida. Cumplir la promesa es el signo del
amor. Si no se cumplió la promesa, no hay ya amor, debe haberse enamorado de
otra y por eso es evidente que a quien se lo dio es mujer (“Dios sabe que a ese
pasante nunca le saldrán barbas”)]
¿Por qué Shakespeare recurre a estas
relaciones en paralelo a niveles diversos (Porcia-Basanio, Nerissa-Graciano,
Jéssica-Lorenzo) en las que las cosas suceden siempre dos veces.
Porcia: …Y juro a Dios que no he de ocupar tu
lecho hasta que me muestres el anillo. [Ella sabe que
no puede mostrarle el anillo que le exige. Como Lisístrata se niega a coger
pero no como un acto político para detener la guerra sino como una exigencia
imposible, ética]
Sin duda diste el anillo a alguna dama.
La trama es muy perversa. Porcia
sabe que ella se había disfrazado de letrado y que Basanio no la había
reconocido. Sabe que forzó a Basanio a darle el anillo de la promesa. Sabe que
Basanio no la engañó con otra. Lo acusa de haber roto la promesa y de haberla
engañado con otra mujer, sabiendo que Basanio creía que el letrado era un varón
y que en realidad era ella misma disfrazada. Es decir, era en realidad una
mujer, ¡pero no era otra mujer!
Basanio no puede refutar ninguna de las
sospechas aunque trata de explicarse:
Basanio: …Tuve que dárselo; la gratitud y la
cortesía me mandaban hacerlo. Perdóname, señora.
Ella no acepta el pedido de perdón. Condena la
ruptura de la promesa y sentencia la venganza:
Porcia: ¡Nunca se acerque él [Basanio] a mi casa! …seré tan liberal como tú [Basanio]; no le [al
letrado] negaré nada, ni siquiera mi persona ni tu lecho.
Basanio insiste con el único recurso
que le queda, pero para eso debe reafirmar la promesa que se ha visto forzado a
incumplir:
Perdón, Porcia, te he ofendido… ¡Perdóname, por
Dios! ¡Te juro que en mi vida volveré a faltar a ninguna palabra que te dé!
Antonio: Una vez empeñé mi cuerpo en servicio
suyo… Yo empeño de nuevo mi palabra de que Basanio no volverá a faltar a sus
promesas, a lo menos a sabiendas. [Antonio pone su
cuerpo como fianza dos veces, sabiendo que la primera no se había podido
cumplir. Y Porcia sólo acepta la nueva promesa cuando Antonio se pone en
garante. Entrega el anillo y descubre toda la trama. Podría haberla mantenido
oculta ¿Por qué la descubre?]
Cuando Basanio reconoce el anillo, Porcia le
dice: Él (el juez) me lo entregó. ¡Perdón, Basanio! Yo le concedí favores por
ese anillo. [Es cruel, le miente al afirmar que se acostó con el otro (que
Basanio ignora que no existe, que es ella misma] También Nerissa: ¡Perdón,
Graciano! El rapazuelo del pasante me
gozó ayer en pago de este anillo.
Graciano: ¿Ya tenemos cuernos, sin merecerlos? [¿hay cuernos merecidos?]
Graciano: Si fuera de día, yo sería el primero
en desear que apareciese la estrella de la tarde para acostarme con el pasante
del letrado. [Graciano es la expresión más simple del
deseo. Desea acostarse con Nerissa. “Lo que queremos es coger”, dice el
personaje de Lisístrata. Dice “con el
pasante del letrado”, mostrando que ha comprendido la trama oculta que ahora se
les revela. Pero también manteniendo la ambigüedad del deseo mismo (perverso,
polimorfo)].
*******************
CORO DE ANCIANOS.
Zeus, ¿cómo podemos tratar a estos monstruos?
Aristófanes, Lisístrata, 476.
*****
Λυσιστράτηβινητιωμεν, ή βραάχιστον του λογου.
Aristófanes, Lisístrata, 715
****
άλλά βινειν βούλομαιAristófanes, Lisístrata, 934
********
EL AFAN DE VERDAD PODRÍA OCULTAR AFÁN DE MUERTE
Nietzsche GS p 172
***********************************
DEL "GORGIAS" DE PLATÓN
SÓCRATES. - Acabas,
Callicles, de exponer tu opinión con mucho arranque y desenfado; te explicas
claramente sobre cosas que los demás piensan, es cierto, pero que no se atreven
a decir. Te conjuro a que no aflojes en manera alguna, con el fin de que veamos
en claro el género de vida que es preciso arrastrar. Dime, ¿sostienes que para
hacer tal como debe uno ser, no es preciso reñir con sus pasiones, sino antes
bien dejarlas que crezcan cuanto sea posible, y procurar por otra parte
satisfacerlas, y que en esto consiste la virtud?
CALLICLES. - Sí, lo
sostengo.
SÓCRATES. - Sentado
esto, resulta que es un gran error el decir que los que no tienen necesidad de
nada son dichosos.
CALLICLES. - De
otro modo, nada sería más dichoso que las piedras y los cadáveres.
SÓCRATES. - Pero aun así sería
una vida terrible esa de que hablas. En verdad, no me sorprendería que lo que
dice Eurípides fuese cierto: ¿Quién sabe si la vida es para nosotros una muerte
y la muerte una vida? Quizá nosotros no morimos realmente como he oído decir a
un sabio, que pretendía que nuestra vida actual es una muerte y nuestro cuerpo
una tumba, y que esta parte del alma donde residen las pasiones, es
naturalmente tornadiza en sus opiniones y susceptible de pasar de un extremo a
otro. Un hombre de talento, siciliano quizá o italiano, explicando esto
mediante una fábula, en lo que era muy entendido, haciendo alusión al hombre,
llamaba esta parte del alma un tonel, a causa de la facilidad con que cree y se
deja persuadir, y llamaba a los insensatos profanos, que no han sido iniciados.
Comparaba la parte del alma de estos insensatos, en la que residen las
pasiones, en cuanto es intemperante y no puede retener nada, a un tonel sin
fondo, a causa de su insaciable avidez. Este hombre, Callicles, decía, en
contra de tu opinión, que de todos los que están en el Hades (entendía por esta
palabra lo invisible), los más desgraciados son estos profanos que llevan a un
tonel agujereado el agua, que sacan con una criba igualmente agujerada. Esta
criba, decía, explicándome su pensamiento, es el alma; y designaba por una
criba el alma de estos insensatos para demostrar que está agujereada, y que la
desconfianza y el olvido no le permiten retener nada. Toda esta explicación es
bastante extravagante. Sin embargo, ella patentiza lo que quiero darte a
conocer para ver si puedo conseguir que cambies de opinión y que prefieras a
una vida insaciable y disoluta una vida arreglada, que se contenta con lo que
se venga a la mano, y que no desea más. ¿He ganado, en efecto, terreno sobre tu
espíritu, y volviendo sobre ti mismo crees que los hombres moderados son más
dichosos que los relajados; o es cosa que nada he adelantado, y que aun cuando
refiera muchas explicaciones mitológicas como ésta no por eso estás más
dispuesto a cambiar de opinión?